Caña con Ruda: Ritual de Purificación y Resistencia…

Caña con Ruda: Ritual de Purificación y Resistencia…
Cada 1° de agosto, en vastas regiones del norte y centro de la Argentina, así como en partes de Paraguay y Bolivia, se renueva una antigua costumbre: tomar caña con ruda. Lo que a primera vista puede parecer una simple infusión alcohólica guarda una compleja red de significados culturales, simbólicos y espirituales que conectan el presente con las raíces más profundas del continente.
La costumbre tiene un origen guaraní. Para los pueblos originarios de esa región, el mes de agosto simboliza el inicio de la época más difícil del año: frío persistente, enfermedades, escasez de alimentos y la necesidad de mantener el equilibrio físico y espiritual. En ese contexto, la ruda macho (Ruta graveolens) era considerada una planta sagrada: repelente de males, protectora del cuerpo y el alma, y aliada de la salud.
Con la llegada de los colonizadores europeos, y el ingreso del alcohol como símbolo de intercambio y mestizaje, se incorporó la caña blanca, un aguardiente de origen hispanoamericano, creando así esta bebida ritual: caña con ruda.
El rito no es casual en su fecha: el 1° de agosto marca el inicio del nuevo ciclo agrícola y espiritual para muchas cosmovisiones indígenas, y coincide con el Día de la Pachamama, la madre tierra. En ese día se abren portales energéticos, se realizan ofrendas, se limpian las casas y se piden bendiciones para el ciclo que comienza.
Tomar caña con ruda en ayunas no es solo un gesto folklórico: es un acto simbólico de purificación y protección. La creencia sostiene que espanta “los males del invierno”, purga las energías negativas acumuladas y prepara el cuerpo para los desafíos del nuevo tiempo. Suele repetirse el ritual en series de tres o siete tragos, números asociados a lo mágico y a la transformación.
Con el paso del tiempo, la práctica sobrevivió a las políticas de aculturación, a la represión simbólica de lo indígena y a los cambios de generación. Hoy, la caña con ruda se ha transformado en un símbolo de identidad, especialmente en regiones como el litoral, el noroeste argentino y zonas rurales del Paraguay y Bolivia. En las ciudades, la tradición resurge con fuerza en espacios de revalorización de lo ancestral: ferias, rituales colectivos, encuentros espirituales.
Lejos de ser una simple bebida, se ha vuelto una forma de resistencia cultural: una afirmación de pertenencia, un diálogo con la memoria, y una reivindicación de saberes que fueron históricamente marginados.
La caña con ruda no es solo una tradición popular: es un acto de memoria viva, de conexión con la tierra, con los ciclos de la naturaleza y con nuestras raíces más profundas. En tiempos de incertidumbre, el ritual ofrece una pausa simbólica para limpiar, agradecer y protegerse. Tomarla es, en cierto modo, brindar por la vida, por la tierra que nos sostiene, y por los saberes que aún resisten el olvido.

Redacción: Fm 98.7  “Un nuevo concepto en radio”