Las tres fuerzas políticas que competirán en nuestro distrito ya pusieron primera.

Largaron. Las tres fuerzas políticas que competirán en nuestro distrito ya pusieron primera. El cierre de listas es siempre un momento de ebullición: nombres, rumores, enojos, abrazos forzados y promesas que rara vez se cumplen. Pero, como toda carrera política, la largada no define el resultado. Lo que importa es lo que pase en el recorrido, y eso todavía está por verse.
Presentadas las listas, el paso siguiente será escuchar con atención qué tienen para proponer. Y digo con atención porque, en la historia política local, no es extraño que la campaña se llene de frases hechas y diagnósticos genéricos, pero que las propuestas concretas brillen por su ausencia.
Un repaso de otros arranques:
En nuestra memoria política reciente, los arranques de campaña han seguido un patrón casi previsible:
El oficialismo se presenta ordenado, con un mensaje que apela a la continuidad y a la “gestión que no se detiene”. En ocasiones, esa prolijidad es más de forma que de fondo. La ventaja es clara: control del aparato, de la agenda institucional y de buena parte de los espacios de visibilidad.
La oposición tradicional, cuando llega unida, suele arrancar con fuerza, pero la historia muestra que las internas no resueltas antes del cierre de listas tienden a reaparecer en plena campaña, debilitando el mensaje.
Los espacios nuevos o emergentes han tenido arranques entusiastas pero desordenados, y salvo contadas excepciones, les ha costado traducir la novedad en votos suficientes para alterar el mapa político.
El presente:
En este 2025, Somos Buenos Aires es gobierno. Aparentemente más ordenado, con las piezas alineadas en lo formal, aunque con deudas políticas y sociales que el maquillaje de campaña no logra tapar del todo. Su mensaje será, previsiblemente, de continuidad y promesa de “profundizar lo hecho”.
Fuerza Patria, en cambio, vive su arranque más caótico en años: fracturas internas, heridos que no se resignan, díscolos que juegan libres y cuentapropistas a diestra y siniestra. El desafío será evitar que las diferencias internas se filtren en la campaña y que el adversario no sea, otra vez, el propio compañero.
La Libertad Avanza debuta en el escenario local con un grupo de militantes emancipados, huérfanos de madre y padre. Les sobra entusiasmo, pero la política municipal es una pista distinta: menos ideología grandilocuente y más gestión tangible. Adaptar el discurso nacional al barrio, la obra pública y el día a día será su prueba más difícil.
La campaña que viene…
El interrogante central es hacia dónde apuntarán los discursos:
¿Habrá un compromiso real con las problemáticas locales, hablando de cloacas, empleo, infraestructura y presupuesto?
¿O se provincializará el debate, con guiños a referentes que ni pisan el distrito?
¿O, como tantas veces, se nacionalizará la campaña, discutiendo slogans ajenos a la vida cotidiana de la gente?
La taba está en el aire. El 7 de septiembre, cuando los discursos se transformen en votos contados, sabremos si el resultado será fruto de una estrategia lúcida, de un verdadero cambio… o si seguirá siendo “Culo” nomás, como siempre.

Redacción: Fm 98.7 “Un nuevo concepto en radio”